El Charrismo en 1948 

Durante el sexenio de Miguel Alemán, la represión se convirtió en uno de sus principales métodos para acallar a todo aquel que hiciera críticas y/o representara algún problema para su gobierno. 

 

Hasta 1948, el Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM) se había mantenido organizado en el régimen corporativo de forma democrática. Sin embargo, el gobierno Alemanista consideraba que debía romper la coexistencia con el comité del sindicato, debido a la presencia de trabajadores de filiación comunista e izquierdista; por lo que, finalemente decidió imponer su ideología. El charrazo en 1948, se llevó a cabo debido a que el gobierno impuso sus comités ejecutivos en el sindicato de los ferrocarrileros, provocando un descontento entre estos últimos. 

 

Durante septiembre de 1947, el secreteria general del STFRM, Luis Gómez, designó como candidato sucesor a su puesto a Jesús Díaz de León, apodado "El Charro". Sin embargo, gracias al apoyo de Hernán Laborde y Valentín Campa, los de izquierda también votaron por Díaz de León y de esta manera obtuvo la victoria. 

 

En el segundo mes de 1948, Jesús Díaz de León tomó posesión del cargo y además, anunció los primeros cambios al sindicato, siendo la primera de ellas; una comisión que estuviera integrada por el gobierno, Ferrocarriles Nacionales Mexicanos y el mismo sindicato. No obstante, esta implementación no fue aceptada por los ferrocarrileros, que consideraban que el principal propósito era crear una ofensiva en contra de los trabajadores. 

 

Para la segunda mitad del año, el gobierno impulsó el liderazgo de Díaz de León y buscó reprimir el de la izquierda. Una de las maneras fue a través de una acusación de fraude por parte del nuevo líder sindical en contra de Campa y Gómez. Para el 8 de octubre, la policía comenzó la persecución contra ellos. Esto también significaba la necesidad de acabar con aquellos que tuvieran una ideología comunista y/o oposición al sindicato. 

 

El 13 de octubre de 1948, con apenas pocos meses en el poder, Díaz de León fue suspendido del cargo de Secretario General de manera temporal, debido a las violaciones a los contratos de trabajo, además de traición a la integridad en el sindicato. Al día siguiente, el gobierno mandó su respuesta de una manera muy violenta; la policía tomó los locales nacionales del sindicato. Días posteriores, Luis Gómez fue detenido, mientras que Valentín Campa, logró estar escondido por un año, hasta que en noviembre de 1949 fue detenido y condenado a 8 años de prisión. 

 

El periodo como Secretario General de Jesús Díaz de León, significó un cambio negativo en el sindicato hacia los ferrocarrileros, debido a que se desencadenó la corrupción, creando una distancia entre los trabajadores y los líderes sindicales. Siendo que estos últimos tuvieron el apoyo del gobierno y asimismo empezó a ocasionar desconfianza y  descontrol entre los ferrocarrileros.

 

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